DIPLOCAT recuerda el legado de la reforma protestante con un acto en Manresa
En colaboración con el Ayuntamiento de la ciudad y como epílogo a los actos para celebrar los 500 años de la estancia de San Ignacio de Loyola
Hace quinientos años, en la primera mitad del siglo XVI, se materializaron importantes corrientes de pensamiento humanista, religioso y político que significaron la transformación de Europa. Después de un período de relativa estabilidad, actualmente el proyecto europeo y sus valores vuelven a ser objeto de reflexión. En este contexto y coincidiendo con la clausura del Año Ignaciano de Manresa, DIPLOCAT propuso una reflexión sobre la vigencia de este legado con un acto que reunió a más de un centenar de personas el día 23 de marzo.
Los primeros en subir al escenario fueron los doce integrantes del conjunto Schola Gregoriana de Catalunya, que interpretaron un repertorio de cantos en latín marcadamente ignacianos y actuaron también en la clausura. El acto, presentado por Miriam Diez Bosch, directora del Observatorio Blanquerna de Comunicación, Religión y Cultura (URL), llevaba por título "El legado de la reforma protestante, 500 años después". La bienvenida institucional corrió a cargo de la secretaria general de DIPLOCAT, Laura Foraster Lloret, que se mostró muy satisfecha "de haber aportado nuestro granito de arena al encuentro interreligioso Cruce de Caminos del pasado mes de noviembre y poder hacer hoy este acto, que es como un epílogo del gran programa de actividades que se han realizado para conmemorar los 500 años de la estancia de San Ignacio en Manresa".
El abogado, escritor y mecenas Antoni Gelonch dio una charla para situar el tema a partir de la figura capital de Lutero. Gelonch habló de una triple revolución: la tecnológica, con la aparición de la imprenta, la teológica, y una revolución del espacio y del papel de las personas, en la que el ser humano se convierte en la medida de todas las cosas y la filosofía se libera de la teología. Gelonch también ofreció algunas explicaciones de por qué el protestantismo nunca acabó de arraigar en Cataluña. En primer lugar y más importante, porque la oferta no llegó a tierras catalanas, pero también por la acción del Tribunal del Santo Oficio, por la voluntad monárquica de unir catolicidad e hispanidad, y por cierta pedagogía del miedo.
A continuación, tuvo lugar una mesa redonda internacional para comparar tres modelos de presentación de las figuras de la reforma al público actual: el Erasmus House de Bruselas, representado por su directora Zahava Seewald; la Fundación de Memoriales de Lutero, con sede en la ciudad alemana de Wittenberg, representada por Tobias Espinosa; y la Cueva Ignacio de Loyola de Manresa, representada por el fundador del Camino Ignaciano, Josep Lluís Iriberri. Los tres coincidieron en la dificultad de hacer llegar a las nuevas generaciones las figuras y la importancia de una época que les cae muy lejos. Seewald habló de la importancia de los espacios, que en el caso de la casa en la que vivió Erasmo en Bruselas incluye también unos jardines muy atractivos, Espinosa explicó que próximamente cerrarán sus museos dedicados a Lutero para reformarlos y actualizarlos al completo, e Iriberri destacó la vigencia de la espiritualidad de San Ignacio.
El alcalde de Manresa, Marc Aloy Guardia, cerró el acto con un agradecimiento a los asistentes, a los participantes y a DIPLOCAT por la organización del acto, expresando su voluntad de que el recuerdo de la presencia de San Ignacio en la ciudad siga dando frutos y ofreciendo oportunidades de diálogo y de cooperación internacional.