Debate sobre digitalización verde: cómo alargar la vida de los equipos informáticos y reciclarlos
Hoy se ha dado la segunda charla del ciclo "Nuevas tecnologías y humanismo digital", organizado por Casa Amèrica Catalunya y DIPLOCAT
Este martes ha tenido lugar la segunda charla del ciclo "Nuevas tecnologías y humanismo digital", organizado por Casa Amèrica Catalunya con la colaboración de DIPLOCAT. Se trata de una serie de cuatro charlas para hablar de temas como la simbiosis entre la inteligencia humana y la artificial, el control de la tecnificación de nuestras vidas y el equilibrio entre la innovación tecnológica y la ética humana.
En esta ocasión, el tema era la digitalización verde y la necesidad de apostar por una economía circular que favorezca la reducción del consumo de tecnología y su reutilización para acercarla a todos y al mismo tiempo no agotar los recursos naturales. Viviana Ambrosi, profesora titular en la Facultad de Informática de la Universidad Nacional de La Plata (Argentina), y Mireya Roura, doctorante en el programa de Sostenibilidad de la Universidad Politécnica de Cataluña, han expuesto la labor que desarrollan para alargar la vida de los equipos informáticos y reciclarlos con sus respectivos programas Ekoa y eReuse.
Roura ha empezado la charla invitando a la audiencia a ser "actores del cambio". Hasta 75 elementos de la tabla periódica se utilizan para la fabricación de tecnología, y al ritmo de producción y consumo que tenemos, en 100 años podemos haber agotado buena parte de estos recursos naturales. Este hecho, ligado a las condiciones de esclavismo infantil y laboral que se ejerce para la extracción de estas sustancias, invitan a una buena reflexión sobre la necesidad de reducir el consumo tecnológico. Además, las desigualdades sociales hacen que más del 50% de las personas carezcan de acceso a un ordenador y el 80% de los residuos ocasionados por el 50% restante no se reciclan. Estos residuos van a parar a vertederos ilegales de África y sur asiático, con el consecuente efecto nocivos para el medio ambiente, por la filtración de sustancias tóxicas en el suelo, que a su vez llegan al mar y en un efecto cadena intoxican a los peces que forman parte de nuestra cadena alimentaria.
Según Roura, es necesario pasar de una economía lineal a una economía circular y cambiar el orden de la llamada regla de las tres R (reciclar-reducir-reutilizar). El orden lógico y sostenible de esta cadena debería ser: propiciar la reducción del consumo, reutilizar los equipos informáticos a partir de su reparación, y finalmente reciclar sus residuos para evitar el agotamiento de recursos, propiciar la equidad social y cuidar el planeta. Para facilitar y sensibilizar sobre estos hábitos de consumo es necesario poner el énfasis en el uso de la tecnología y no en su propiedad, ha dicho.
Por su parte, Ambrosi ha puesto el foco en la labor que desarrollan con el proyecto EKOA, liderado por un grupo de profesores y alumnos de la Universidad de La Plata en Argentina. La ponente ha destacado que su trabajo es trabajar con los residuos tecnológicos favoreciendo su reutilización y reciclaje, pero con el objetivo, también, de desarrollar una tarea educativa de sensibilización y formación para generar puestos de trabajo y combatir los altos niveles de pobreza del país. Ha explicado que un 56,2% de niños viven en la pobreza en Argentina.
En EKOA recogen los aparatos electrónicos de particulares, empresas e instituciones, tratan de reparar los equipos informáticos para alargarles la vida, separando sus partes según las posibilidades de ser reutilizados o reciclados. Debido a la situación económica del país, procuran suplir la falta de disponibilidad de pequeñas piezas de nuevo hardware a partir de la impresión en 3D de nuevas piezas. Una vez terminado el proceso, el nuevo equipamiento informático se ofrece a centros educativos para estudiantes con pocos recursos, hospitales y comunidades indígenas y de inmigrantes. En definitiva, el proyecto liderado por Ambrosi tiene un triple objetivo: facilitar la inclusión digital, la equidad social y el cuidado medioambiental mediante la reutilización de equipamiento informático y la distribución a aquellos sectores de la sociedad que no tienen fácil acceso a él.
En una época en la que los avances tecnológicos van a un ritmo vertiginoso, en la que la basura electrónica se acumula exponencialmente y los recursos finitos necesarios para mantenernos conectados se agotan, es impactante que casi la mitad de la población mundial todavía no tenga acceso a un ordenador. Iniciativas como Ekoa y eReuse se esfuerzan por alargar al máximo el uso de la tecnología y reciclarla al final de su vida útil y así minimizar su desperdicio. Se trata de acciones que quieren contribuir al reto de la sostenibilidad digital y al mismo tiempo poner la tecnología al alcance de todos.