Curitiba, la ciudad inteligente por excelencia del Brasil

Ha sido la protagonista de la última sesión del ciclo "Ciudades contra la desigualdad", organizado por Casa Amèrica Catalunya con la colaboración de DIPLOCAT

Hoy ha tenido lugar la última sesión del ciclo "Ciudades contra la desigualdad" organizado por Casa Amèrica Catalunya con la colaboración de DIPLOCAT. A lo largo de tres charlas, expertos de Cataluña y Latinoamérica han hablado de temas primordiales para transformar las ciudades en lugares más habitables, justos y sostenibles: el acceso a una vivienda digna, la salud de los ciudadanos y la mejora de la seguridad pública.

En esta última sesión, el tema era la planificación urbana sostenible a partir del ejemplo de la ciudad de Curitibia, considerada como la ciudad inteligente (smart city) por excelencia de Brasil. Eloy Casagrande, coordinador de la Oficina Verde de la Universidad Tecnológica de Paraná (UTFPR. Brasil), y Sara Vima Grau, doctorante de Vivienda Sostenible en la Universidad Politécnica de Cataluña, han puesto en evidencia que a menudo la innovación y la tecnología se implementa sin tener realmente en cuenta las necesidades sociales existentes.

Casagrandre ha hecho un repaso histórico de la evolución urbanística de la ciudad y ha señalado que, si bien su modelo de planificación urbana ha sido un referente para muchas otras ciudades, no le ve un futuro claro debido a un aumento de la población del 200% en los últimos 50 años y su conversión en ciudad turística. Con una apuesta por los diseños innovadores de impacto visual, con elementos que recogen las señas de identidad cultural, como las paradas de autobús con la forma del curín, el pino de Paraná, Curitibia fue la primera ciudad en Brasil en crear una rambla y cerrar la circulación de coches en su arteria comercial principal. Asimismo, para mejorar la movilidad, apostó por separar la circulación del transporte público del resto de vehículos y creó una serie de parques para evitar las inundaciones causadas por los diversos ríos que la cruzan.

En la actualidad, la ciudad tiene 60m2 de zona verde por habitante, el doble de lo recomendado por la ONU. También fue pionera en 1989 en la implantación de proyectos de recogida selectiva y reciclaje de residuos. Después de tantos años sólo se recicla el 22% de los residuos, un porcentaje bajo pese a ser muy superior al 4% del resto de ciudades de Brasil. Sin embargo, la ciudad no se libra de la problemática que sufren las ciudades que son polos turísticos. Más allá del centro, modelo de planificación y diseño, la ciudad tiene hasta 410 zonas de ocupación urbanística irregular y más de 50.000 familias viven en la pobreza y en zonas con riesgo de inundaciones. Por otra parte, a pesar de la apuesta por mejorar la movilidad, Curitibia es la ciudad de Brasil con más coches por habitante.

En este sentido, el ponente ha puesto en valor la labor que llevan a cabo desde la oficina verde de la universidad, un proyecto que quiere llevar a la universidad fuera de sus paredes y abrir un foro con la sociedad para discutir y fomentar una construcción y movilidad sostenible, educación ambiental y una innovación tecnológica con todos los actores y para todos.

Por su parte, Vima ha coincidido en señalar que el proyecto de Barcelona, conocida como la ciudad de los arquitectos, en referencia sobre todo al proyecto de Barcelona'92, también se ha querido exportar a otros lugares, aunque a menudo el encaje no fuera adecuado ni en el contexto ni el tiempo. Asimismo, ha señalado las similitudes de la búsqueda de la sostenibilidad, la igualdad social y el cuidado ambiental entre Barcelona y Curitibia. Según Vima, el foco debe ponerse en el objetivo de la innovación. Se debe fomentar el uso de la tecnología como herramienta para reducir las desigualdades. No debe ser un fin en sí mismo, sino que lo importante es para qué la usamos y quién lo puede usar. En este sentido, ha cuestionado la relación entre desarrollo y crecimiento. Para Vima, el desarrollo y el progreso no deben ser incompatibles con el decrecimiento.

Por último, la ponente también ha destacado la labor que se puede llevar a cabo desde la universidad y cuál es la vía para desarrollar una innovación verde inclusiva y exitosa. Es necesario aplicar la llamada "cuádruple hélice", que contempla la interacción entre todos los actores del ecosistema de conocimiento y emprendeduría: la universidad, la empresa, la administración y la sociedad civil. En este sentido, ha señalado que en Cataluña, sobre todo en lo que respecta a las universidades técnicas, éstas ya trabajan abierta y conjuntamente con las empresas y la administración, pero que apenas ahora se está empezando a incluir el cuarto actor necesario, la sociedad civil.

En un momento en que la mayoría de la población mundial vive en las ciudades, los centros urbanos se han convertido a menudo en una fuente de malestar y de conflicto para la salud física y mental de sus ciudadanos. Las ciudades deben evolucionar hacia espacios más saludables y sostenibles si se quiere que sean más acogedoras para sus habitantes. En este ciclo de tres charlas se ha querido profundizar en aquellos temas que pueden incidir en convertir las ciudades en espacios más sostenibles, seguros, saludables y amables: cómo velar por la salud de los ciudadanos (menor contaminación del aire, acústica y lumínica , a partir de una transición energética integral o gestión de residuos); mejorar la seguridad en la vía pública (con un nuevo urbanismo que tenga en cuenta la inteligencia artificial); y garantizar viviendas dignas para todos (edificios eficientes y sostenibles).