El cooperativismo, herramienta clave para conseguir sociedades más justas e igualitarias en todo el mundo
Cataluña Internacional y la Confederación de Cooperativas de Cataluña promueven el intercambio de ideas y la difusión de buenas prácticas
Cataluña Internacional coorganizó el pasado 4 de julio una sesión internacional con el título "Cooperativismo global para evitar el colapso" en el marco del Congreso del Cooperativismo de Cataluña. El congreso lo organizó la Confederación de Cooperativas de Catalunya, una de las entidades miembros del consorcio Catalunya Internacional, para conmemorar los 125 años de historia del sector.
El objetivo de la jornada era analizar el papel del modelo cooperativo como herramienta para combatir los grandes retos globales como las desigualdades, el cambio climático y la crisis de valores. Mediante el intercambio de modelos de buenas prácticas internacionales, la sesión puso de manifiesto el potencial del cooperativismo para construir un futuro más justo y sostenible. La sesión alternó la presentación de casos de éxito y conversaciones con el presentador, el periodista Isaac Romero.
El primero en intervenir fue Panos Tournavitis, CEO y miembro del Consejo de Administración del Banco Cooperativo de Karditsa, en Grecia, quien presentó y analizó los principios y valores que fundamentan su modelo cooperativo. Según Tournavitis, en un mundo dominado por la búsqueda de beneficio a corto plazo, el cooperativismo emerge como una alternativa que apuesta por el bienestar de las personas y comunidades a largo plazo. Este modelo va más allá de la simple transacción económica, ya que pretende forjar vínculos y capacitar a las personas para trabajar juntas, creando así un valor duradero a través de la reinversión de las ganancias en proyectos que contribuyan al bienestar de la comunidad.
Continuando con esta visión ética y basada en valores, el siguiente ponente en ser entrevistado por Isaac Romero fue John Carlin, reconocido periodista y escritor especializado en conflictos políticos. En esa conversación, Carlin abordó los desafíos éticos a los que se enfrenta la sociedad actual, recordando que no estamos viviendo una época nueva terrible y única en la historia de la humanidad. La vulneración de la vida y la dignidad humana no es algo nuevo, pero lo que le agrava aún más es el debilitamiento de la democracia. Ante este escenario, Carlin enfatizó el papel de los individuos para impulsar el cambio, poniendo el ejemplo de Nelson Mandela y su idealismo pragmático.
A continuación, Renáta Farkašová, miembro de proyectos de cooperativas de vivienda social de MOBA Housing SCE, en Eslovaquia, explicó el funcionamiento de esta red de cooperativas pionera en Europa central y del sudeste. Se trata de un modelo que prioriza la asequibilidad de la vivienda y se encarga de desarrollar, financiar, mantener y explotar colectivamente un edificio de múltiples apartamentos. La cooperativa adquiere la propiedad del edificio y obtiene los préstamos necesarios para pagar su construcción, mientras que los participantes se convierten en copropietarios del mismo. De esta forma, Farkašová presentó MOBA SCE como una alternativa efectiva a la vivienda social tradicional.
Seguidamente, Maria Serra Olivella, joven activista climática, cofundadora del movimiento Fridays for Future y embajadora del Pacto Europeo por el Clima, habló sobre el papel de las cooperativas en la lucha contra el cambio climático. Aportando una perspectiva fresca y comprometida, expuso que la dificultad de imaginar un futuro positivo radica en la facilidad con la que se visualiza el colapso. Frente a este desalentador panorama, las cooperativas emergen como una alternativa viva y accesible al capitalismo. Al colocar a la persona en el centro, las cooperativas son un modelo fundamental para conseguir la justicia climática. También apuntó la necesidad de forjar relaciones de confianza entre instituciones y jóvenes, reconociendo el papel crucial de estos últimos como agentes de cambio. Hay que empezar por cumplir promesas y promover un cambio sistémico que fomente la participación activa de los jóvenes, concluyó.
A continuación, Lamini Sarr, cofundador de la cooperativa Top Manta, organización que lucha por los derechos de los vendedores ambulantes en España, destacó el papel del cooperativismo como herramienta para una distribución más equitativa de la riqueza. Sarr explicó que Top Manta es una marca de ropa social, ética y solidaria que permite visibilizar las condiciones de vida de los inmigrantes y garantizar su futuro.
José Roberto Ricken, presidente de la Federación de Cooperativas del estado brasileño de Paraná, no pudo asistir a la sesión de forma presencial debido a compromisos profesionales. Envió un vídeo en el que hablaba sobre el rol de las cooperativas en Paraná, que representan el 42% de las exportaciones. Ricken recordó que, si bien el trabajo individual puede permitir conseguir objetivos de forma más rápida, la colaboración y el trabajo en equipo son esenciales para conseguir objetivos más ambiciosos y garantizar un proceso más seguro y eficiente.
En último lugar intervino Miguel Alba Ruiz-Morales, responsable de desigualdad y del sector privado en Oxfam Intermón, quien dijo que, si la sociedad actúa como un conjunto de individuos aislados en lugar de colectivos entrelazados con un objetivo común, las desigualdades aumentan. Esta visión fragmentada ha propiciado políticas y prácticas donde la riqueza se acumula en manos de una pequeña élite que controla las grandes empresas a escala mundial, mientras que el resto de la población se enfrenta a una situación de precariedad y exclusión. Desde una perspectiva crítica, Ruiz-Morales utilizó su intervención para recordar que la desigualdad no es sólo un tema de justicia social, sino un factor clave a tratar para evitar el colapso de la propia sociedad. Hay que tejer redes de cohesión social para afrontar los retos y por eso es necesaria una visión de colectividad. Ejemplos como la cooperativa Mondragón muestran el potencial transformador del cooperativismo como base esencial de ese cambio.
Tras las reflexiones compartidas por los distintos ponentes, emergió una idea clara y común: el cooperativismo, basado en el apoyo mutuo y la solidaridad, es el modelo que la sociedad del siglo XXI necesita para construir un futuro mejor, más verde y más justo.